sábado, 14 de noviembre de 2009

11 de Noviembre

De repente me di cuenta lo que sucedía: todo cambia. Aún cuando todo parece igual, hay algo diferente. Hoy es diferente, hoy se abrió un ciclo. Sólo porque lo decidí, sólo porque me senté y lo pensé. Qué pasará ahora? Me di cuenta hoy que no estoy comiendo carne, que estoy cambiando mis planes de vida, que quiero hacer otras cosas, que pienso mejor, que la vida es rara y que la gente que está a mi alrededor está siendo forzada a cambiar... no forzada, esa no es la palabra, es más bien como que todo el mundo decidió montarse en el tren que decía: "Dirección contraria, ¡Pase adelante!".

¡Qué locura todo! Qué locura la vida... Otra vez empiezo a sentir la incertidumbre de la impermanencia, otra vez creo en cosas que dejé de creer (o que olvidé). No tengo idea de lo que sucede, pero de alguna manera me siento bien y me asusta. Sí, me asusta, pero es un susto raro, es un susto de miedo a no saber qué está sucediendo, aunque en el fondo sepa que no está mal, que todo va por donde tiene que ir.

Es parte de la vida, de la peli en la que estamos. No quiero perder el impulso, no quiero perderme de todo sólo por seguir un mapa que no sé. No quiero perderme...

Quiero vivir, quiero sentir, quiero saber qué es lo que está pasando. No, no quiero saber, sólo quiero sentirlo. Quiero seguir mi camino sabiendo que es el mejor camino, quiero conocerme de nuevo, quiero buscarme y verme en todo. Quiero soltar poco a poco la sensación de inconformidad y estar plena con la vida y con el todo. Quiero seguir en esta vida pero de la forma que es, no de la forma que debería, porque el debería es obligación y la obligación no es consistente con lo que busco. Busco ser y para ser hay que ser, no hay que buscar qué ser. Otra vez vuelvo al camino, otra vez salgo de la ruta y encuentro la montaña.

Escribir, pensar, meditar, ayunar, conocer, empatizar, absorber, desapegar, dimensiones distintas, caminos parecidos, locuras de vida, juegos de destino, todo se funde, nada es finito, llego a la cima, busco otro ritmo, consigo el fuego, escucho el viento, me dice cosas que no concibo, el todo es nada, lleno el vacío, añoro a veces, consigo piezas de viejos sitios.

No quiero apegos, quiero caminos, con compañeros de ruta que sigan su destino y vuelvan a los lugares que una vez definimos.

Tengo miedo a veces, ahora cada vez que vuelvo al punto siento que vivo y si vivo, sueño y si sueño, existo y si existo, muero y no sé si quiero. Aprenderé de nuevo a soltar las amarras y seguir el viento, a jugar con el destino y seducir al tiempo hasta que algún día caiga en su juego y me deje llevar, sin temer al fuego que transforma todo, que te espera quieto, que no sé que habrá, y será el momento de soltarlo todo, de borrar el tiempo, de volverse uno con el universo.