jueves, 30 de julio de 2009

23 mensajes (Introducción a un cuento que nunca terminé)

Extraña ciudad… Llena de luces y Colinas, de colas y gente temerosa a andar; de locales exquisitos, de historias, personajes, de montaña y valle, de esto y otras cosas. Es la ciudad donde nací, la ciudad donde vivo soñando con otros lugares que, finalmente, me traen de vuelta. En fin, es una ciudad a la que le es extraña la soledad. La gente sale en pareja, grupos, familia; comparten de un modo en el que no eres nadie sin el otro. Y en esta ciudad estoy yo, en la barra de un local, tomando una copa de vino. Pero esta vez no vine para estar sola, espero a alguien. Y mientras espero disfruto de ese pedazo de soledad.

Esta sensación no es lo que llaman loneliness, es más bien un disfrute de esa individualidad, de esa persona que re-conoces cuando te encuentras a solas. Nunca he desdeñado la compañía de otros, pero he aprendido a disfrutar enormemente de las maravillas cuando no estoy con nadie. Sí, lo he aprendido. Cuando era adolescente me aterraba de algún modo, ahora entiendo que era una mezcla de miedo a conocerme con miedo a no identificarme con otros… Pero eso no viene al caso ahora.

Pienso, disfruto, espero. Quizás disfruto porque sé que espero, o espero porque eventualmente no habrá nada más que disfrutar desde este lado. Cuando estás solo eres observador del mundo y de ti mismo. Y eso es precisamente lo que más me gusta: el observar, sin mucho procesamiento previo, cómo es la dinámica en esta ciudad de lugares comunes y gente que comparte. No es envidia, no es deseo de tener lo que ellos tienen; es simplemente sana diversión. Yo tengo y no tengo eso; es decir, lo tengo, pero también tengo este lado que pocos disfrutan.

Alguna vez leí que las personas solitarias tendían a denigrar al resto de los mortales. El punto está en la dualidad, en poder compartir con otros y a la vez disfrutar de esos momentos de reflexión que sólo la soledad puede brindar.

Espero, observo. Hay luces en la ciudad, hay apartamentos con la luz encendida. No veo a nadie en las ventanas y empiezo a imaginarme historias que pueden suceder. Por ejemplo, en ese piso, el de la luz amarilla, la silla extensible, ventanales y sin cortinas, vive un viejo, solo. Su familia huyó del caos tercermundista de esta ciudad hace un tiempo; esa ciudad que quiso ser y no es, que es más dual que la naturaleza humana, que respira por sí misma, que define y desarma con sus golpes de realidad.

Tal vez yo haga como ellos, un día, sin decir ni esperar; tal vez... Mientras, sigo esperando. Veo mi casa desde un balcón del otro lado de la ciudad. ¿Qué tiene esta ciudad que encierra y absorbe?

Sin título

¿Será parte de este mundo el poder seguir de pie, crear espacios que se mueven, que mutan y se mantienen? Recupero el don de vida, el poder de sentir gusto, el placer de ser, del tiempo, que aparece y no es tan lejos.

Caminé y di la vuelta, el camino estaba errado. Aprendí a pensar en sueños y a dormir en lo mundano. Regresé a un buen momento, el tiempo es simple, es vano; escucho a mi vida que se acerca con cuidado.

Te devuelvo los motivos, mi ruta es de mi destino. Quizás es mejor volver a donde nadie había ido, quizás es mejor callar, percibir con los sentidos. Ahora me vuelvo más libre y me acerco a lo infinito.

Libertad de entrar en juegos y conocer otros ríos, consciente de una esencia que muta entre la paciencia y mantiene lo aprendido. Mejor escribir despacio, mejor escuchar latidos.

Desaparezco en tu mundo, apareces en el mío. Ahora yo soy el sueño que no entiendes, no hay remedio. Mientras, yo disfruto en calma el empezar este ciclo: a aprender a amarlo todo sin juzgar lo que no sigo.

Sin título

Redescubriendo las cosas que disfrutaba
Mirando a atrás con nuevos ojos
Me reencuentro conmigo y con otros

Es bueno saber que siempre hay alguien ahí
Es bueno buscar y encontrar un lugar
Escoger un camino y echar a andar

Si en la ruta me pierdo a tu puerta llegaré
Me darás un mapa, de comer y beber
Partiré otra vez hacia nuevos rumbos
Y si sigues allí, algún día volveré

Gente de otro mundo, otra vida, otro tiempo
Todo es diferente pero conocido
Lugares comunes de vidas distintas
Múltiples espejos...