jueves, 30 de julio de 2009

Sin título

¿Será parte de este mundo el poder seguir de pie, crear espacios que se mueven, que mutan y se mantienen? Recupero el don de vida, el poder de sentir gusto, el placer de ser, del tiempo, que aparece y no es tan lejos.

Caminé y di la vuelta, el camino estaba errado. Aprendí a pensar en sueños y a dormir en lo mundano. Regresé a un buen momento, el tiempo es simple, es vano; escucho a mi vida que se acerca con cuidado.

Te devuelvo los motivos, mi ruta es de mi destino. Quizás es mejor volver a donde nadie había ido, quizás es mejor callar, percibir con los sentidos. Ahora me vuelvo más libre y me acerco a lo infinito.

Libertad de entrar en juegos y conocer otros ríos, consciente de una esencia que muta entre la paciencia y mantiene lo aprendido. Mejor escribir despacio, mejor escuchar latidos.

Desaparezco en tu mundo, apareces en el mío. Ahora yo soy el sueño que no entiendes, no hay remedio. Mientras, yo disfruto en calma el empezar este ciclo: a aprender a amarlo todo sin juzgar lo que no sigo.

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